ÁREA de trabajo
Tratamiento Daño Cerebral Adquirido
Daño cerebral adquirido en Málaga
El daño cerebral adquirido ocurre en personas que inicialmente nacen sin problemas cerebrales, pero que posteriormente en la vida sufren lesiones que afectan su funcionamiento cognitivo, emocional, conductual y físico. Estas lesiones pueden tener un inicio brusco, como los accidentes vasculares o traumatismos craneoencefálicos (TCE), o pueden desarrollarse progresivamente, como en el caso de tumores o enfermedades neurodegenerativas. Las lesiones bruscas presentan déficits más claros desde el principio, mientras que las progresivas muestran síntomas más sutiles y graduales.
Las consecuencias psicológicas varían según el tipo de lesión. En los TCE, el riesgo de recurrencia es bajo, pero en casos de tumores o accidentes cerebrovasculares (ACV), las personas suelen vivir con el temor de un nuevo episodio. Además, los déficits neuropsicológicos y el impacto emocional pueden generar trastornos como miedo, aislamiento social y pérdida de independencia, afectando también a las familias de manera distinta.
Por tanto, la labor del neuropsicólogo no se limita a detectar y rehabilitar los déficits, sino que debe enfocarse en tratar a la persona en su totalidad, teniendo en cuenta los aspectos emocionales y sociales que acompañan el trastorno neurológico.

Demencias
degenerativas primarias

Demencias
degenerativas secundarias

Demencias
secundarias y mixtas
Principales causas del daño cerebral adquirido
El daño cerebral adquirido puede surgir por diversas causas que afectan el cerebro de manera brusca o progresiva. A continuación, presentamos las principales patologías que pueden derivar en daño cerebral, cada una con características y consecuencias específicas.

Accidente cerebrovascular (ACV)
Alteraciones súbitas en la irrigación sanguínea del cerebro

Traumatismo Craneoencefálico
Ocurre cuando se produce un impacto en la cabeza que afecta al cerebro.

Tumores
Los tumores cerebrales afectan el encéfalo por: aumento de la presión intracraneal, focos epileptogénicos, destrucción del tejido cerebral y trastornos endocrinos.

Infecciones
El cerebro puede infectarse por virus, bacterias, hongos o parásitos, afectando las meninges (meningitis) o todo el encéfalo (encefalitis).

Enfermedades neurodegenerativas
Las enfermedades neurodegenerativas son trastornos progresivos que causan la degeneración y muerte de las neuronas en el cerebro.
Principales causas del daño cerebral adquirido
El daño cerebral adquirido puede surgir por diversas causas que afectan el cerebro de manera brusca o progresiva. A continuación, presentamos las principales patologías que pueden derivar en daño cerebral, cada una con características y consecuencias específicas.

Accidente cerebrovascular (ACV)
Alteraciones súbitas en la irrigación sanguínea del cerebro

Traumatismo Craneoencefálico
Ocurre cuando se produce un impacto en la cabeza que afecta al cerebro.

Tumores
Los tumores cerebrales afectan el encéfalo por: aumento de la presión intracraneal, focos epileptogénicos, destrucción del tejido cerebral y trastornos endocrinos.

Infecciones
El cerebro puede infectarse por virus, bacterias, hongos o parásitos, afectando las meninges (meningitis) o todo el encéfalo (encefalitis).

Enfermedades neurodegenerativas
Las enfermedades neurodegenerativas son trastornos progresivos que causan la degeneración y muerte de las neuronas en el cerebro.
Daño cerebral adquirido
Las consecuencias psicológicas secundarias también son diferentes dependiendo de las condiciones neurológicas. En los TCE, la probabilidad de recurrencia a corto plazo es baja, pero no así en el paciente con un tumor, que vive con miedo a su reaparición, o en la persona con un ACV, que teme otro episodio. Además, la repercusión difiere en cada familia. Los déficits neuropsicológicos combinados con el efecto psicológico del trastorno neurológico pueden provocar diferentes trastornos emocionales. En su conjunto, la interacción de estos factores puede provocar aislamiento social, miedo y desajustes en la vida cotidiana, así como pérdida de independencia.

Accidente cerebrovascular (ACV)
Los accidentes cerebrovasculares (ACV) consisten en alteraciones súbitas en la irrigación sanguínea del cerebro, y pueden ser de dos tipos:
Obstrucción del flujo del flujo sanguíneo
Ruptura de vasos sanguíneos.
La mayor parte de los ACV ocurren en el territorio de la arteria cerebral media, que, en el hemisferio izquierdo, coincide con la zona del lenguaje. En el hemisferio derecho, los trastornos neuropsicológicos se expresan en el dominio espacial y tareas constructivas.
Los pacientes con ACV sin sintomatología neurológica clínica pueden presentar trastornos cognitivos subclínicos meses después del alta.
En algunas ocasiones, los accidentes isquémicos transitorios (AIT), pueden acumular áreas de pequeños infartos que podrían terminar manifestándose en cuadros clínicos de demencia vascular.
Traumatismo Craneoencefálico (TCE)
En términos generales, consideramos un TCE, cuando ocurre un impacto en la cabeza que afecta al cerebro.
Los principales factores de riesgo del TCE son:
1,4 veces más probable en hombres que en mujeres.
Las edades de más riesgo son de 0 a 4 años, de 15 a 19 y más de 75.
Presente entre el 20-72% de los TCE.
Existe una relación entre déficit cognitivo en el TCE, y lesiones de sustancia blanca. El daño axonal difuso lesiona o rompe las vías que posibilitan la cognición. Tras un TCE, se producen alteraciones de la sustancia blanca y disminución del volumen cerebral, con la consecuente disminución de la reserva funcional y la posible inducción de neurodegeneración, sobre todo en el trauma crónico. Este mecanismo se conoce como neuroplasticidad negativa.


Infecciones
El cerebro puede sufrir infecciones, ya sean por virus, bacterias, hongos o parásitos. Estas infecciones pueden darse en las meninges (meningitis) o en todo el encéfalo (encefalitis). Si bien las meningitis comprenden síntomas como cefalea, rigidez nucal, confusión y fotofobia, las encefalitis presentan además otras características dependientes de las zonas cerebrales particulares comprometidas con la infección.
Las infecciones pueden afectar el flujo sanguíneo cerebral, alterar el metabolismo de las neuronas o provocar edema cerebral. Cualquiera de estos factores puede producir sintomatología neuropsicológica.
Los pacientes con ACV sin sintomatología neurológica clínica pueden presentar trastornos cognitivos subclínicos meses después del alta.
En algunas ocasiones, los accidentes isquémicos transitorios (AIT), pueden acumular áreas de pequeños infartos que podrían terminar manifestándose en cuadros clínicos de demencia vascular.
Tumores
Los tumores cerebrales pueden afectar el funcionamiento del encéfalo por cuatro causas: aumento de la presión intracraneal, creación de focos epileptogénicos, destrucción del tejido cerebral y trastornos del control endocrino.
La gravedad de los tumores radica en su velocidad de crecimiento, en su localización, y por tanto, también, en su accesibilidad quirúrgica. Así, la sintomatología asociada a un tumor dependerá de su tamaño, de la velocidad de crecimiento y de su localización. Los tumores situados en ciertas partes del cerebro pueden alcanzar un tamaño considerable antes de manifestar síntomas, mientras que en otras zonas, incluso un tumor pequeño puede ser devastador. Pueden presentarse alteraciones que se correspondan con funciones de la localización precisa donde se encuentra el tumor, o una sintomatología más difusa por aumento de la presión intracraneal.

Enfermedades neurodegenerativas
Dentro de las enfermedades neurodegenerativas más relevantes encontramos:
La demencia más frecuente es la demencia de tipo Alzheimer o Enfermedad de Alzheimer (EA), que representa aproximadamente el 60% de todas las demencias. La hipótesis de la proteína beta amiloide, sigue siendo la más consistente en la etiología de esta enfermedad. Se asocia con atrofia cerebral y dilatación de los ventrículos cerebrales.
El comienzo de la Enfermedad de Alzheimer, con frecuencia afecta a redes neuroanatómicas de gran escala como las de la memoria episódica antes que otras más limitadas que soportan el lenguaje, la atención, las funciones ejecutivas y las habilidades visoespaciales. Sus consecuencias, devastadoras para el paciente y la familia, y su alta prevalencia, suponen ahora el gran reto de las neurociencias.
En ocasiones es necesario realizar el diagnóstico diferencial entre la EA y la Demencia Frontotemporal (DFT), ya que comparten la afinidad de los lóbulos frontal y temporal, pero tienen características neuropatológicas diferentes.
Los síndromes asociados con la DFT se caracterizan por la ausencia de una amnesia verdadera en sus estados iniciales y se dividen en dos amplias categorías: demencia basada en el lenguaje o afasia primaria progresiva y la variante conductual de la demencia frontotemporal, en las cual los cambios en la cognición social, la conducta y la personalidad caracterizan los estadios iniciales.
Los estudios de anatomía patológica muestran que entre el 15 y el 25% de pacientes mayores dementes presentan cuerpos de Lewy en su tronco cerebral y corteza. Esta enfermedad constituye el subgrupo patológico puro más común después de la Enfermedad de Alzheimer. Presentan alteraciones de tipo delirante y lenguaje incoherente.
Los trastornos de la atención, funciones ejecutivas y procesamiento visual son muy severos en esta enfermedad, aunque la memoria y la denominación de objetos pueden estar relativamente conservadas. Se observan alucinaciones en casi el 80% de los pacientes.
La Enfermedad de Huntington es un trastorno neurodegenerativo autosómico dominante con un fenotipo que incluye corea (movimientos irregulares, no predictibles, de duración breve, que cambian de una zona corporal a otra sin secuencia definida), distonía y trastornos conductuales y cognitivos. Las alteraciones neuropsicológicas a veces no interfieren con la memoria a largo plazo, pero sí afectan a las funciones ejecutivas en cuanto a la planificación, alternativas de adaptación y la adquisición de nuevas habilidades. Estos trastornos empeoran con el tiempo y el lenguaje expresivo se deteriora más rápido que la comprensión. Los síntomas psiquiátricos y comportamentales surgen esporádicamente. Es típica la depresión y la tasa de suicidio es cinco veces más alta que en la población general. Pueden desarrollarse síntomas psicóticos y maníacos.
La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmunitaria que afecta al cerebro y la médula espinal (sistema nervioso central). La EM es causada por el daño a la vaina de mielina. Los pacientes presentan trastornos de la memoria episódica, lentitud en el procesamiento de la información y disfunción ejecutiva.
Diferentes trastornos endocrinos como la enfermedad de Cushing y estados de tirotoxicosis pueden presentar trastornos neurocognitivos en ocasiones severos. Muy frecuentemente, las alteraciones neuropsicológicas consecuencia de enfermedades endocrinas, pasan desapercibidas para los neuropsicólogos.